Un fin de semana nos fuimos mi marido y yo a la capital, a Madrid. Aprovechamos para ver un musical en la Gran Vía. Queríamos cenar en un lugar especial, romántico y por una recomendación de una amiga y después mirando por internet nos decidimos por el Restaurante Genoveva de Barri, cerca de la Ópera.
Este restaurante es perfecto para una cena romántica: un local acogedor, luz tenue y el personal muy cercano. Tiene un aire moderno, pero a la vez íntimo.
La carta, sin ser demasiado extensa, tiene variedad para escoger y es difícil hacerlo ante tan apetitosos platos, yo me dejé asesorar por la maître. Os recomiendo para empezar o para compartir las berenjenas fritas. Como segundo plato elegí un confit de pato al tandoori que estaba simplemente exquisito. Un postre muy acertado fue una tarta de hojaldre con fresas, aunque yo escogí el pastel de chocolate con un helado de regaliz muy original. No tienen carta de vinos, pero no fue necesario porque el tinto de la casa (un Rioja) fue excepcional.
El precio rondó los 40-50 euros por persona, pidiendo primero, segundo, postre, agua y vino.
El único inconveniente es que se puede fumar, pero ya se sabe, Madrid no es Barcelona en este aspecto y todavía no ven las ventajas de disfrutar de una buena cena sin olor a tabaco.
Recomendamos reservar con antelación ya que dispone de pocas mesas.
5 comentarios:
Muy bueno... ¡Y puedes ir (tranquilamente) con bambas!
Martaaa vas tarde... ahora ya tocaba Poloniaaa.
Una recomendación nunca llega a destiempo.
Marta, con cariño, te ha quedado una entrada taaaaaaaaan pija!!! ;)
Gracias por el cariño, se tiene que notar que una es de Sarrià, ¿no? No se vayan a cofundir con que vengo de la periferia. Con todo el cariño a los que viven en la periferia (como yo :P).
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